Paula González Seligra, Doctora en Ciencias Físicas e investigadora del CONICET en el Instituto de Ingenierías y Nuevas Tecnologías de la Universidad Nacional del Oeste, se encuentra trabajando en el desarrollo de membranas poliméricas generadas a partir del reciclado de botellas plásticas con el fin de dar soluciones a problemas sociales y ambientales relacionados con la calidad de agua.
La Dra. lleva adelante una nueva línea de investigación que busca, entre otras cuestiones, generar filtros domiciliarios, reutilizables y de bajo costo, para descontaminar el agua y a la vez cuidar el medioambiente. Se busca, además, transferir ese conocimiento a la industria.
La investigadora González Seligra advierte que “es una problemática la contaminación del agua” dado que “en Merlo tenemos zonas muy humildes que quizás utilizan agua de pozo”. En ese marco se busca “poder brindar soluciones a las familias de la localidad” dice la especialista.
Ante un escenario de incertidumbre en relación a la calidad del agua para el consumo, desde la UNO se encuentran desarrollando materiales para poder filtrar el agua a partir de membranas poliméricas que sean capaces de retener distintos contaminantes específicos, estos podrían ser: metales pesados, arsénico y bacterias. “Depende del agua que se quiera filtrar”, dice González Seligra.
Desde la UNO evalúan la posibilidad de generar estas membranas (similar a una malla o una tela) a partir de materiales reciclados como botellas plásticas. “Para obtener estas mallas de polímeros estamos trabajando con polietileno. Este es un polímero simple con el que se hacen las botellas plásticas y está ampliamente difundido en las industrias. Lo interesante de esto es que podemos trabajar con material reciclado. Las botellas de bebidas, por ejemplo, las trituraríamos y las meteríamos en el equipo. Esto nos permitiría solucionar el problema del agua, cuidando el medioambiente”, explica.
Por otro lado, el proyecto apunta a obtener un material durable, reutilizable, con la finalidad de transferir el conocimiento a la industria. En este nuevo proyecto, la investigadora de la UNO colabora con un grupo de la UBA que trabaja con materiales para la remediación del agua. “Ellos utilizan una técnica que se denomina electro hilado que puede ser escalable y de fácil traspaso a la industria. Desde la Universidad queremos llegar a eso, pero esto lleva un tiempo. Ahora estamos trabajando con una técnica que se llama hilado centrífugo”.
La investigadora describe el proceso: “Se trata de un equipo donde el material se coloca en una cavidad y se somete a calor y fuerzas centrífugas (mediante rotación). El polímero se funde y sale de la cavidad por unos orificios para depositarse en las paredes del equipo generando fibras que forman una malla que nosotros recolectamos. Esta sería la materia prima para un filtro, por ejemplo”.
Las membranas o mallas son parte de un proceso de filtración. “Por su versatilidad podría pensarse en múltiples aplicaciones, entre ellas, como parte de un dispositivo de filtro de uso domiciliario para retener bacterias; complementándose con carbón activado para quitar el cloro, olor o sabor”, explica González Seligra.
En ese sentido, la investigadora del CONICET asegura que “el primer paso del proyecto es comprobar si nuestro material puede retener bacterias”. El Código Alimentario Argentino determina cuáles son las condiciones que debe tener el agua para el consumo, entre ellas la cantidad de bacterias. Respecto a esto, la investigadora apunta a probar si esta membrana retiene bacterias como la Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa.
Por su versatilidad, a estas mallas a su vez se le puede incorporar “principios activos o nanopartículas para retener contaminantes específicos”. En ese sentido, a futuro, el equipo de científicas planea emplear nanotecnología para complementar las propiedades de filtrado de la membrana. Las membranas, en este caso, harían de portadoras de estas nanopartículas. “Para retener contaminantes específicos como metales pesados necesitamos ponerle absorbentes específicos a nuestra membrana, para que actúen contra esas partículas y las atrapen. De modo que al material base se le incorporarían nanopartículas que podrían ser de hierro”.
Paula González Seligra puntualiza que “es algo maravilloso que desde una universidad del conurbano podamos aportar soluciones al problema de la contaminación en agua”. Para cerrar, la investigadora se refiere al alcance del proyecto que lidera: “Esta buenísimo trabajar desde la UNO en esta línea de investigación apuntando hacia políticas ambientales: utilizando materiales reciclados, con técnicas que no contaminen el medio ambiente y buscando soluciones concretas a problemas reales de la sociedad”.
El equipo de investigación de la UNO a cargo de la Doctora en Ciencias Físicas Paula González Seligra, trabajando en la purificación del agua con una técnica de hilado centrífugo.
El equipo de investigación de la UNO a cargo de la Doctora en Ciencias Físicas Paula González Seligra, trabajando en la purificación del agua con una técnica de hilado centrífugo.
El equipo de investigación de la UNO a cargo de la Doctora en Ciencias Físicas Paula González Seligra, trabajando en la purificación del agua con una técnica de hilado centrífugo.
El equipo de investigación de la UNO a cargo de la Doctora en Ciencias Físicas Paula González Seligra, trabajando en la purificación del agua con una técnica de hilado centrífugo.